Museo de los Descalzos de Lima

20110929-descalzos2El convento de recoletos franciscanos, hoy Convento de los Descalzos de Lima, comenzó a construirse en 1595 al pie del cerro San Cristóbal por iniciativa del arzobispo de la ciudad, San Toribio de Mogrovejo, que nombraría entonces como su primer vicario a Francisco Solano, canonizado en 1726. En el momento de su construcción, el convento se acoge a una tipología arquitectónica del XVII, la «recolección», tipología en la que incurrieron casi todas las órdenes que perseguían un régimen de vida de recogimiento, contemplación, estrechez y penitencia.

Haciendo gala de pobreza y austeridad, las iglesias y monasterios recoletos preferían situarse en las afueras de la ciudad. Así, también extramuros, se levantará la Recolección Agustina bajo la advocación de Nuestra Señora de Guía en 1619.

20110929-descalzos3Muy sencilla, de paredes de quincha y adobe, con techos de madera y linternas o ventanas teatinas, la Recolección Franciscana de Nuestra Señora de los Ángeles, sita en el distrito de Rímac, es sede del importante Museo de los Descalzos, inaugurado en 1981, que custodia unos ríquisimos fondos de pintura colonial con muestras de las escuelas limeña, quiteña y cusqueña y telas de Diego Quispe Tito o del criollo Leonardo Jaramillo, entre otros. Allí se conserva la imagen Nuestra señora de los Ángeles, obra del pintor italiano Angelino Medoro, ante la cual Solano rezaba, así como una nutrida biblioteca que en el momento de la independencia del Perú constaba de unos seis mil volúmenes. La colección, con varias ediciones de la Biblia, las obras religiosas de Santa Teresa de Jesús, Francisco de Ávila o Diego de Hojeda, se nutre también con ejemplares de crónicas coloniales del Inca Garcilaso, Juan Solórzano Pereira o las Crónicas Generales de Francisco Gonzaga, que utilizó para documentarse Córdova Salinas, uno de los cronistas que se hace eco de la santidad y milagros de Solano.

Sexta sesión: Diego de Ocaña y el sermón de Francisco Solano

DSCN7595En la charla de ayer, el profesor Kenneth Mills nos habló del sermón que Francisco Solano dio el día 21 de diciembre de 1604 en la plaza de armas de Lima, desde el punto de vista de la narración de Diego de Ocaña. Este religioso jerónimo, autor de una relación del Viaje por el Nuevo Mundo (1599-1605), cuenta como un espectador atento los sucesos de aquella tarde, famosa porque, según dicen, gracias a ese sermón se produjo la conversión milagrosa de todo un pueblo.

DSCN7585Por su parte el franciscano Solano era ya un predicador de gran fama cuando el día 21 de diciembre salió a augurar el fin del mundo. Se dice que salió por las calles de la ciudad como un rayo, inflamado por la voluntad divina y con un crucifijo en la mano; algunos testigos lo vieron «volando» a la plaza de armas limeña para anunciar sus predicciones. Lo curioso es que Diego de Ocaña se refiere a él como un «fraile descalzo de san Francisco», sin mencionar su nombre, como si Solano no fuera ya suficientemente conocido como predicador.

El profesor Mills trató de ofrecer explicaciones a esta sorprendente omisión del nombre propio y expuso de qué manera Ocaña, a través de sus narraciones, juega siempre con aspectos de la realidad de manera ficcional, ofreciendo «reportajes» de la vida cotidiana de un modo muy personal. Mills insistió en la importancia de comparar la relación de Ocaña sobre este suceso con las otras narraciones que se conservan de testigos del sermón, para comprender mejor las omisiones de Ocaña, sus intereses y objetivos.

Al finalizar la charla, le preguntamos al profesor Mills sobre la publicación del Lexikon of the Hispanic Baroque, que él coordinó y editó junto con Evonne Levy. Estuvimos dialogando un buen rato sobre esta maravillosa iniciativa y esperamos que pronto se edite la traducción del libro al castellano, pues seguro que tendrá una estupenda acogida.

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